Reseña del libro "recuerdos consentidos"
el personaje despierta y abre los ojos: está todo oscuro, así que decide volver a dormir:todavía es temprano, piensa.
al cabo de un rato, despierta otra vez y sus pupilas le regalan de nuevo la oscuridad. retoma el sueño a regañadientes.
instantes después, el personaje está cansado de dormir, aunque todo siga a oscuras. imposible que sea de noche, piensa el personaje, siento el cuerpo aletargado, debo haber dormido una eternidad. el personaje despereza su esqueleto sobre la cama mediante una suave contorsión o torpe maniobra de tortura medieval, aferrado con sus manos a las barandas del cabecero y sus pies trabados en el horizonte metálico del mueble. consultaré el reloj y saldré de dudas, se decide, al fin, el personaje, aunque anoche dejé subida las persinas, eso creo, siempre las dejo...