Reseña del libro

Devin Jones es un estudiante de 21 años que consigue trabajo en un parque de diversiones llamado Joyland en el verano de 1973. Se trata de un parque pequeño, de estilo antiguo, antes de la llegada de los modernos parques temáticos. A Devin le gusta el trabajo, que consiste en hacer tareas de mantenimiento, controlar alguna atracción y también vestirse de perro y entretener a los niños, algo que hace con gran éxito. Cada día, al caminar por la playa desde la pensión donde se aloja hasta Joyland, pasa delante de una gran casa. Afuera suelen estar sentados una mujer joven y atractiva con su hijo en silla de ruedas. El niño, Mike, siempre responde a su saludo, pero su madre se limita a mirarlo con frialdad. Pero todo cambia el día en Devin ayuda a Mike a remontar un barrilete. El niño está fascinado con Joyland y nunca ha ido a un parque de diversiones. Se está muriendo de una enfermedad degenerativa, y su madre lo quiere proteger de cualquier emoción fuerte. A Devin también le fascina el parque, pero por otro motivo: hay un fantasma de verdad en la Casa del Terror y varios empleados juran haberlo visto. Es el fantasma de una chica que fue asesinada allí hace un par de años y cuyo asesino nunca se encontró. Devin consigue convencer a la madre de Mike para que vayan al parque un día al final de la temporada cuando no está abierto al público, y los tres pasan un día inolvidable. En la montaña rusa, Mike sentirá que está volando, igual que su barrilete. Pero esta visita y las investigaciones de Devin sobre el asesinato provocarán una reacción tan imprevisible como peligrosa y necesitará un insospechada ayuda para sobrevivir.