Reseña del libro "Espartaco Y Otros Relatos: (cuentos Amargos)"
Los nueve cuentos que recoge este libro solo están destinados a personas que se atrevan a mirar la vida directamente a los ojos.No es aconsejable que los lea quien pueda escandalizarse si ve que se disuelven sus edulcorados mitos sobre la amistad, la muerte, el amor egoísta a los animales, las ONGs, las religiones y, en definitiva, lo que se ha venido en llamar buenismo, la forma más reaccionaria de ingenuidad.Los relatos están escritos pensando en quienes son capaces de aceptar que la realidad no es siempre bonita, y que las ideas y creencias no son válidas sólo porque se adaptan a nuestros gustos. Lo mismo sucede con las instituciones: ni el fin que persiguen es garantía de su honestidad, ni de que sus buenas intenciones no acaben causando más daño del que desean evitar. Los apóstoles de lo políticamente correcto no encontrarán placer alguno en esta lectura. Tampoco los que permiten que las emociones o los ruidos tribales les ofusquen la razón a la hora de valorar hechos y personas. Ciertamente son cuentos amargos, como amarga es la vida, y amargo es el proceso de aceptarla como es.Prius veritas quod pace, era un lema de Miguel de Unamuno.Prius veritas quod stultitia, podría parafrasearse como el de este libro.Espartaco trata de las consecuencias del egoísmo inocente; Acta de Compensación, sobre el indigenismo coherente; Amigos para siempre, habla de la amistad cuando surge un conflicto de intereses; Ilustración, sobre la Revolución Burguesa en los estados que conservan una estructura medieval, así como del funcionamiento de los media; Haz el Amor y no la Guerra, sugiere cómo la sociedad puede recuperar los ideales que impulsaron el movimiento hippie; E-Hotel, sobre el amor en su lucha contra la muerte; MSF, una ONG de Riesgo, explica las interioridades de una organización para los verdaderamente desgraciados; Rosebud es una reflexión sobre la soledad de la muerte. Por último, Collage muestra un mundo mucho más sensato y lógico que el que nos ha tocado vivir, aunque, en una primera lectura, pueda parecer un batiburrillo escrito por alguien bajo los efectos un alucinógeno o, simplemente, por un idiota.Quien mejor supo captar la esencia de esos cuentos fue un amigo que me dijo: Cada uno de ellos toca un punto sensible, una de nuestras debilidades. Si duele, hacia allí hay que mirar, pues es donde la estética bloquea la capacidad crítica.Acto seguido, me dio un consejo basado en su amplia experiencia editorial: No los publiques. A nadie le gusta que hurguen en sus ilusiones. Y aquí están, publicados.
