Yo ,el Tango. Conoce mi Musica y las Letras Poeticas
Reseña del libro "Yo ,el Tango. Conoce mi Musica y las Letras Poeticas"
Antonio Sidero es periodista. Desde muy joven se desempeñó en el diario La Prensa. Estuvo acreditado diez años en la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno. Colaboró después en los diarios Clarín y El Cronista. Fue, paralelamente, jefe de Prensa de la empresa oficial de Correos, Encotel. Sobre este tema es autor del libro El Negocio Postal, 1997. Simpatizante de San Lorenzo de Almagro escribió San Lorenzo, cien años de un sentimiento, 2008. En esta obra le dedicó un capítulo a la coincidente conjunción de éxitos del fútbol y el tango en las décadas del 40/50. Su afición por el tango nació cuando apenas tenía 14 años. Trabajó como cadete en la Casa de música Pugliese, en la calle Córdoba entre Araoz y Julián Alvarez. Desde entonces aprendió a conocer a las grandes orquestas, autores y cancionistas y cantores de la época. Esta propuesta incluye una muy breve historia de la música y exhaustivas opiniones de reconocidos estudiosos del tango. Como sugerencia a los lectores los primeros versos de medio centenar de temas que, entre otros, consideramos poéticos, e igual cantidad de valiosas propuestas musicales por distintas orquestas, junto con las referencias principales de los grandes poetas, compositores, directores y cantantes que dejaron en los discos y cd su impronta inolvidable. Actualmente seguimos con atención a los jóvenes músicos e intérpretes, los herederos que están haciendo resurgir el tango con entusiasmo y creatividad y merecen ser también reconocidos y alentados en su labor. Sobre todo en los medios, radios AM o FM, especialmente, reacios a difundir, salvo excepciones, aun en las breves pausas, siquiera su hermosa música, como resaltamos en estas páginas. Y es difícil competir así, aun con toda la comprensión que se ponga, frente a la coincidente proliferación de temas y géneros foráneos, cuyo valor no negamos. Decía el poeta “el tango es un sentimiento que se baila”. Hoy, humildemente, agregamos: Y merece que, para quererlo, se conozcan y escuchen...
