Reseña del libro "La isla blanca"
"Un ángel vuela dormido
abajo está la isla blanca
infinita
la isla de los huérfanos
donde crecen piedras
en el pecho de los niños".
Así comienza el poema narrativo, "La isla blanca", de José Francisco Robles. Poema de raíces épicas, cruzado por el empleo de variadas técnicas de la poesía contemporánea, recupera la emoción lírica, las imágenes surrealistas, los registros bíblicos y la voz profética, entre otras.
"La isla blanca" es el segundo libro de poemas de este autor y asombra la madurez de su escritura y la exitosa realización de un proyecto de mirada ensoñada y dolorosa sobre una geografía imaginaria que evoca lo que podría ser Chile o el mundo latinoamericano.
De la alusión, la sugerencia, al trabajo concreto sobre situaciones conmovedoras, en las que la emoción generada despierta nuestra memoria y abre una ventana de cristales rotos, la isla blanca, la de las quimeras, esa isla incolora “que aguarda el olvido”, ha sido construida en el poema con potentes símbolos de vida, muerte, destrucción y esperanza, que dan forma a un viaje por un tiempo y un espacio que podemos reconocer como el nuestro.
En "La isla blanca", Robles logra la intensidad de lenguaje necesaria para conversar con esa larga y trágica historia de nuestro continente y así develar, lo que él llama, “el discurso oculto de la memoria”.