Encuadernación: Rústica Si en su primer libro Gabriel nos explicaba cómo podemos conocer lo real y exactamente qué podemos considerar por real, en este segundo trabajo el filósofo alemán 'máximo representante de la escuela filosófica del Nuevo Realismo' utiliza a Platón, Schopenhauer y Kant, pero también a "The Walking Dead", "Dr. Who" y "Fargo", para luchar contra el neurocentrismo, la limitación de la consciencia y la reflexión humana a las meras capacidades neuronales. En cierta manera Markus... Leer másEncuadernación: Rústica Si en su primer libro Gabriel nos explicaba cómo podemos conocer lo real y exactamente qué podemos considerar por real, en este segundo trabajo el filósofo alemán 'máximo representante de la escuela filosófica del Nuevo Realismo' utiliza a Platón, Schopenhauer y Kant, pero también a "The Walking Dead", "Dr. Who" y "Fargo", para luchar contra el neurocentrismo, la limitación de la consciencia y la reflexión humana a las meras capacidades neuronales. En cierta manera Markus Gabriel libera al sujeto del determinismo cientificista, a favor de una ética de la responsabilidad en la reflexión. El yo no es sólo su cerebro, va mucho más allá.
"un excelente libro, que aporta a una mirada distinta a la movida de la neurociencia que se queda corta, en muchos aspectos, queda en el lector de Markus interpretarlo."
Yesid Niño Arteaga Jueves 08 de Abril, 2021"Excelente trabajo intelectual"
Fernando Claros Castro Viernes 22 de Septiembre, 2023"Desde adolescentes, en las clases de filosofía se escucha a los profesores decir que en el templo de Apolo en Delfos se encontraba inscrito en paredes el aforismo “conócete a ti mismo” y que Sócrates lo va a asumir como uno de los principios de su filosofía, y para que no quedaran dudas se citaba el Alcibiades de Platón en donde Sócrates pronuncia el aforismo, pero si se mira en retrospectiva el interés por el conocimiento de sí mismo data de muchos años atrás, en Gilgamesh ya lo encontramos, quizás este interés es concomitante a la humanidad y por lo tanto se pierda en las brumas del pasado. Hoy, como ha sido siempre, este conocimiento sigue inquietando a la humanidad, pero con el auge de la ciencia y la tecnología (que viene adquiriendo paradójicamente un aura pseudoreligiosa), se piensa que estamos en una posición más favorable para alcanzar el conocimiento de sí mismo ajustándolo al esquema predeterminado por ellas, como consecuencia de esto, las neurociencias parecen arrogarse el derecho exclusivo de alcanzar este conocimiento. Markus Gabriel en “Yo no soy mi cerebro” asume una posición bastante crítica respecto a la pretensión de las neurociencias de determinar el yo, la conciencia y la autoconciencia, reduciéndolas a actividades neuronales en determinadas partes del cerebro, que pueden ser escaneadas y localizadas espacio-temporalmente. Es un libro que no está dirigido a especialistas pero si a un público culto en donde Gabriel, con un estilo sarcástico cuestiona punzantemente la pretensión de las neurociencias y sus apologetas de localizar espacio-temporalmente la conciencia, la autoconciencia, el espíritu, el yo en un intento reduccionista de hacer encajar este conocimiento en los esquemas predeterminados con los que trabaja las ciencias naturales. A través de la exposición que se encuentra en el libro puede constatarse que el autor trata temas de difícil comprensión de forma sencilla pero sin banalizarlos, citando pensadores de diferentes periodos de la historia hasta llegar a los más recientes, sin perder los contextos, y para alcanzar mayor claridad expositiva recurre al cine y a algunas series televisivas. Pero también es un libro en defensa de la libertad, del libre albedrio frente al determinismo en que se pretende reducir al ser humano desde las neurociencias."