A partir de los 9 años Pedro no quiere leer, considera que es una pérdida de tiempo eso de sentarse con un libro en las manos. Sus padres han tratado de motivarlo y le han comprado toda clase de libros, los que solo han acumulado polvo. Un día, encuentra botado en un banco de una plaza un relato policial… cuando lo empieza a leer no puede parar más. Esa lectura lo cambió para siempre. Obra que cuenta de manera paralela dos tramas: la del lector y la de los personajes de su libro, cuyas historias se entrelazan y se encuentran. Está ilustrado con una mezcla de técnicas de acuarela y sellos, coherente con los dos mundos que presenta. Libro que refleja la fascinación que produce una buena historia y la importancia de respetar los gustos de cada lector.