Yo destruiré el orden establecido, que separa el placer del trabajo, que convierte el trabajo en una carga y el placer en un vicio, que vuelve a un hombre miserable por indigencia y a otro por sobreabundancia. Richard Wagner, 3 de abril de 1849 Richard Wagner, nacido en el ocaso de la epopeya napoleónica, atravesó su siglo como artista, revolucionario y aventurero. Confrontado con algunos pensadores esenciales como Arthur Schopenhauer o Friedrich Nietzsche, asociado al destino de su país, Alemania, del que estuvo desterrado durante mucho tiempo, obsesionado por el proyecto de una obra gigantesca que terminó llevando a cabo en su calidad de poeta, compositor y hombre de teatro, nunca ha dejado de provocar pasiones, las mismas que él mismo vivió, ya fueran políticas, estéticas o amorosas. Él era plenamente consciente de su talento, siempre supo lo que quería y, a lo largo de su vida, puso todo (y a todos) al servicio de sus objetivos.Adulado por Luis II de Baviera, amigo, rival y yerno d
"El libro de Decker constituye una biografía en extremo aciaga hacia la figura de Richard Wagner, presentandolo como un pendenciero y un proto-fascista, cayendo en un sin fin de criticas ad-hominem, sin incursionar en sus propuestas teóricas sobre la ópera, o sus ideas sobre el arte, y escasamente refiriéndose a sus ideas políticas, las cuales son tratas con la mayor soltura sin ponerlas en contexto o atender a segundas interpretaciones que de ella puedan hacerse. En definitiva, son 250 páginas de un panfleto anti-wagneriano que no justifican ser leídas por su poco rigor histórico, su escaso espíritu crítico y por la soltura desmedida con que recurre a chismes y a fuentes cuestionables."