En los ámbitos no estrictamente académicos tiende a describirse la ortografía inglesa mediante un conocidísimo aserto, carente de rigor pero bastante orientativo: en inglés se escribe de un modo y se lee de otro. Esta es una afirmación corriente entre hispano-hablantes, acostumbrados como estamos a un sistema de corresponde ncias grafo-fonémicas relativamente sencillo, apenas complicado por la funcionalidad c