El relato que ha logrado construir Eduardo Guerrero del Río, con una vida contada por su protagonista y que abunda tan notoriamente en las más diversas peripecias -puesto que abarca un largo tiempo, desde la infancia hasta la madurez: peripecias y situaciones vividas en diversos y cambiantes escenarios-, podría describirse con la palabra alemana bildungroman, con la que los estudiosos de la narrativa definen “la novela de formación o educación” , al tratar la vida de un personaje como de desarrollo hacia la plena madurez. Este libro de la doble autoría de Toral y de Guerrero es también y precisamente eso: el relato de formación de una notable y ejemplar personalidad artística.