La Segunda Guerra está por explotar. En Londres, entre los fracasados que deambulan cada noche por los pubs para emborracharse está George Harvey Bone, un hombre de treinta y cuatro años, fornido, desgarbado y enfermo de ataques que lo acometen cada vez con mayor asiduidad, a los cuales él llama 'estados muertos' y que sus amigos de juerga llaman 'estados de lelo'. Son raptos que se anuncian con un íclic! que es como el clic del obturador de una cámara, un obturador que se cierra dentro de su cerebro, una cortina que baja y lo aísla del mundo. Después, un íclac! lo despierta, sin que conserve memoria del pasaje en el que sólo una obsesión lo acomete: asesinar a Netta, la mujer que lo usa y humilla, y también a Peter, cuando descubre que el canalla (un cínico ex presidiario) es amante de la mujer.En el ambiente crispado que anuncia la guerra (y que prorrumpe en las últimas páginas), seguimos a Bone y a sus compinches en las monótonas y áridas borracheras y paseos que ocupan toda su preocupación y existencia. Bone es el único que parece despreciar esta vida y sueña con un cambio radical, conquistar y convencer a Netta para que lo acompañe a vivir en el campo.Ni Bone ni Netta ni el resto de la banda trabajan y tal como el autor describe magistralmente con leves pincelazos, alimentan sólo un resentimiento que les hace ser admiradores del fascismo y del ascendente Hitler.Patrick Hamilton cuenta estos destinos con un rarísimo estilo que a la vez es distanciado y de finísimo y profundo análisis psicológico; despojado y dramático; sen