Escribir es un acto reflexivo que muchas veces está acompañado de ideas que revoletean en nuestra mente como mariposas en vuelo de primavera. En muchas ocasiones escribimos para expulsar sentimientos atorados en la psique, otras para compartir emociones que tenemos atascadas en el alma y que deseamos dejar salir para que se apropien del espíritu de quien nos lea. Dejar el terruño no es cosa fácil para la mayoría de las personas que tienen sentimiento de arraigo, máxime si las razones que los llevan a salir del país no tienen que ver con turismo o recreación. Irse y dejar atrás una estela de afectos, costumbres y rutinas construidas con el devenir de la experiencia, es a veces, por decir lo menos, impactante. “Trilogía romántica desde el exilio, antología poética” es un suspiro ahogado, una lágrima que no termina de salir, el silencio obligado ante la partida inminente, la congoja de tres poetas que, en un momento de cambio abrupto en su vida, dejaron la tierra que los vio nacer, para aprender a ser ciudadanos de otras latitudes, quizás, ciudadanos del mundo. Aunque el título suene a añoranza pura, se puede palpar en sus poemas, una suerte de esperanza velada, de amor profundo manifiesto por sus raíces. Lara, Monagas y Zulia, tres estados de Venezuela que a través de “Trilogía romántica desde el exilio, antología poética”, tendrán resonancia en la mente de muchas personas, pero no desde el dolor ni la angustia, sino desde la nostalgia y el sentimiento, trasmutados en letras, para que toque corazones en el mundo entero. Queda a su escrutinio la producción de estos tres poetas.