Desde la prehistoria, todas las civilizaciones han creído en la existencia de una vida eterna después de la muerte, y se han entregado a merecerla. La expresión suprema de la creatividad artística y arquitectónica de las más grandes civilizaciones humanas está bien representada en las llamadas moradas de la eternidad, edifi cadas para custodiar los cuerpos de los fallecidos y para ayudarlos a recorrer el más