Construida como un apócrifo diario íntimo, organizado a través de ''partes de guerra'', la historia discurre a través de las sucesivas viñetas entre destellos de lo cotidiano e irrupciones de lo fantástico, y recupera -al decir de Pablo De Santis- ''el clima alucinatorio que construye la peligrosa combinación de la soledad y la noche, esas dos formas de la oscuridad''. Por otro lado, nos presenta una de las pocas protagonistas femeninas de nuestra historieta, y es sin duda la serie más personal de Patricia Breccia -que en este caso es también la guionista-, resumen de sus obsesiones gráficas y textuales.'