Nadie se casa pensando en divorciarse. El matrimonio es un contrato lleno de amor, esperanza e ilusiones y el divorcio es su disolución, y resulta que muchas veces este llega acompañado de rencor, enojo, tristeza e incluso pretensiones de revancha. Después de que se divorcia una pareja sin hijos, los más probable es que los ex cónyuges no vuelvan a verse por el resto de sus vidas; pero, cuando se divorcia una pareja con hijos, no pasan más que un par de días antes de que tengan que volver a hablar para ponerse de acuerdo en algo relacionado con ellos.