'Este diario es realmente el día a día de un obispo, desde la misa con las monjas y la comida de trabajo con su fiel vicario general Ricardo Urioste hasta que por la noche se encontraba solo delante de Dios. Todo esto, naturalmente, envuelto en momentos de oración y de las celebraciones eucarísticas, binadas a menudo por ra zones pastorales. En efecto, la actividad más diaria, podríamos decir rutinaria, era l