El 3 de enero de 1842, Charles Dickens y su esposa se embarcan en el Britannia para realizar, azuzados por la curiosidad de descubrir la nueva y revolucionaria civilización que ya había cautivado a otros ingleses, la travesía al Nuevo Mundo. Un largo recorrido de seis meses para transitar por Boston -donde visita un instituto para ciegos, un hospital psiquiátrico y un centro penitenciario-, Nueva York, Filadelfia, Washington, Virginia -adonde llega en vapor por el río Potomac y donde visita algunas plantaciones de tabaco-, Pittsburg, Cincinnati y Louisville -donde se entrevista con el jefe de una tribu india-, además de una pequeña incursión en Canadá.