Un hombre pierde la memoria y sus amigos salen a reconstruírsela. Un viaje en tren se llena de animales casi fantásticos. Una jirafa viaja al mar para mirar la otra orilla y descubre algo inesperado. Una pareja remonta vuelo por la Habana vieja mientras suenan los boleros. "No le llames amor a cualquier cosa" habla del valor de la amistad, del amor como motor de todo y de la nostalgia feliz, esa que nos gana cuando evocamos. Mientras lo escribía me sentía un poco arqueólogo, un poco juglar. Ojalá encuentren en sus historias alguna melodía que los haga ser niños de nuevo por un rato.