Como el niño Alfanhui en la novela de Rafael Sanchez Ferlosio, los poemas de Ni el numero ni el orden emprenden una indagacion ante la imposibilidad de participar de un lenguaje consensuado. Afirmaba Octavio Paz que la poesia es un nuevo idioma. Sin esperar tanto, el poeta Fernando Menendez trata de modular su intimidad y su lugar en su contexto vital a partir de establecer relaciones ineditas entre las palabras. Algo, por otro lado, propio de la poesia desde que es poesia.