Con las fuerzas ya agotadas, la fatiga alcanza el limite. No les quedan mas objetos y sus cuerpos están llenos de heridas. Se enfrentan a un monstruo de gran tamaño, seguro de su poder, y con sus violentos ataques los zarandea como si fueran muñecos. Agita sus garras y sus colmillos, dispuestos a destrozar a las pequeñas criaturas que tiene delante. La desesperación se palpa en el ambiente, pero siempre hay algunos que sacan fuerzas de flaqueza y se alzan ante la adversidad.