Los imaginarios externos sobre un país siempre han incomodado a los que desde adentro contemplan su nación. Las descripciones de México hechas por extranjeros son valiosas fuentes de información, pero, al mismo tiempo, pueden abundar en prejuicios, estereotipos, malentendidos y simplificaciones, deficiencias que dicen más sobre sus autores que sobre el objeto de observación. Sin embargo, son imaginarios de una gran relevancia histórica y cultural.