La seducción, ¿Es un don natural? ¿Es un arte milenario? ¿Se ajusta a normas, reglas, sugerencias o consejos? El ser humano obedece a designios ancestrales, hasta podríamos decir atávicos. Se diferencia en el reino animal por la calidad de sus sentimientos, y el más fuerte y antiguo de ellos es el amor. Y para concretar sus objetivos sentimentales emplea una serie de estrategias, algunas acertadas, otras no tanto. Pierre Tobal, sagaz observador de la realidad romántica, nos acerca este Manual, donde con un lenguaje claro, gracioso a veces, testimonial otras, ha recopilado narraciones reales, con el fin supremo de la conquista. El autor nos invita a viajar por múltiples vivencias, en el desafiante y muy difícil arte de gustar y seducir. Trama de luces y sombras que acompañan las almas solitarias que transitan las noches y los días porteños, en que búhos y alondras se entrelazan en la búsqueda de un mismo objetivo: la seducción. Las señoras pacatas no podrán ocultar su rubor, los verseros y verseras se identificarán con los personajes a los que el autor da vida, y el público en general disfrutará de una amena lectura de este divertido ensayo. A lo largo de la lectura de capítulos como La Soledad o La infidelidad se establece una inevitable empatía entre los relatos y el lector, quién no podrá evitar el sentirse reflejado en sus propias experiencias personales, y hasta le podría provocar una sonrisa cómplice de que “Quién solo se ríe, de sus picardías se acuerda”. Tomará partido por uno u otro personaje y compartirá o no, el desenlace de las narraciones, que no son otra cosa que retazos de vida, ajena, sí, pero en las que el lector sentirá sus sentimientos involucrados. Su lectura nos permite entender situaciones vividas, nos alerta sobre posibles “trampitas románticas” para finalmente ayudarnos a entender que el arte de la seducción, como el deseo, es universal y eterno.