La implementación de una cultura preventiva respecto a los riesgos laborales es algo esencial, que además viene contemplado en la normativa vigente. Los principios preventivos generalesse deben aplicar en todas las empresas y actividades económicas, pero no se pueden obviar las particularidades que presentan ciertos sectores, entre ellos el agropecuario. En este sector se encuentran riesgos peculiares, la organización del trabajo es distinta, las relaciones laborales tienen características diferentes, conviven asalariados y trabajadores por cuenta propia, la estacionalidad influye más que en otras actividades, es abrumadora la presencia de empresas y explotaciones muy pequeñas, incluso de tipo familiar, un mismo trabajador se puede ver obligado a utilizar distintas máquinas, equipos y técnicas de trabajo en su actividad laboral, etcétera. Por contra, en las estadísticas aparece como un sector relativamente seguro, lo que no es cierto, bastando para comprobarlo el elevado número de accidentes mortales por vuelco de tractor o en trabajos de tala forestal que relatan los diferentes medios de comunicación. Esta disociación entre estadísticas y casos ocurridos se origina principalmente en el Régimen Especial Agrario con los trabajadores por cuenta propia, que por las características de sus prestaciones no invita a declarar las lesiones profesionales, produciéndose una subdeclaración. La propia Organización Internacional del Trabajo ha llmado la atención sobre la alta siniestralidad real de este sector.