Los viajes y las horas

Rafael Manrique Solana · Laertes

Ver Precio
Envío a todo Argentina

Reseña del libro

El relato de veinticuatro viajes... más uno que no es y lo es. El veinticinco. Veinticuatro viajes a lugares repartidos en los cinco continentes y que han sido realizados a lo largo de unos doce años. Cada uno está narrado a una hora del día que puede ser considerada como una hora perfecta para ese lugar. Están relatados desde la experiencia y punto de vista de un viajero. Son relatos en primera persona, pero, en realidad, son dos personas las que están implicadas: el viajero narrador y una mujer, ella, que le acompaña en cada viaje. Todos son viajes reales y posibles de realizar, si bien algunas zonas son hoy imposibles de recorrer debido a los conflictos bélicos o políticos. Están descritos desde un lugar específico, un bar, una esquina, un banco, un puente, una orilla... donde el viajero saca su libro de notas y escribe lo que ve, lo que ha visto o lo que verá. Desde este punto de vista es una guía, pero no de las que sirven para obtener informaciones útiles como hoteles u horarios de trenes, pues nada tiene que ver con la logística imprescindible para viajar. Aquí el lector y viajero virtual conectará cada lugar con poesía, cine, narrativa, teatro, pensamiento, sensaciones y ese «apresar las cosas según vienen», en palabras de Magris, que enriquecen la experiencia de la lectura y del viaje real. Viajar es una actividad que se sitúa entre lo poético y lo político. Tiene algo de esas dos acciones, pero no es ninguna de ellas. Y como aquel gemelo que Einstein enviaba al espacio en sus experimentos mentales, al regresar uno no es el mismo..., aunque no necesariamente mejor. Ese es el riesgo y el placer. Ch. Dickens decía que si a uno le gustan los viajes efectuados, si habían sido bellas e importantes experiencias, tal vez puedan serlo para otros. Escribir sobre viajes –probablemente toda escritura– es, al final, un acto de amor..., aunque no deba ser o no sea necesariamente correspondido, lo cual también con frecuencia ocurre en el amor, el otro amor. «No hay respuesta para el asombro», decía L. Wittgenstein. Rafael Manrique. Psiquiatra y psicoterapeuta, trabaja en Santander. Profesor invitado en instituciones educativas en España, México y Colombia, ha sido asesor del Aula de Letras de la Universidad de Cantabria, supervisor terapéutico y viajero en el tiempo libre. Ha publicado obras profesionales centradas en el amor, el sexo y la pareja. Como viajero, La densidad del desierto, un relato intimista y poético de la experiencia de varios años de viajar a los desiertos del mundo. En el terreno de la narrativa, y junto a Silvia Andrés, Diecinueve rayas, una serie de relatos ambientados en diversos lugares del mundo. Es colaborador habitual del blog La Línea del Horizonte, dedicado a los viajes y sus culturas. Para el autor, los paisajes, la naturaleza o el arte son medios para la construcción de una experiencia de liberación. Tal vez por eso concibe el viajar como uno de los mejores modos de obtener la inefable y necesaria experiencia de, al igual que Moisés, «sentirse extraño en tierra extraña».              

Opiniones del Libro

Opiniones sobre Buscalibre

Ver más opiniones de clientes