Las figuras de las narraciones de Peter Handke se comportan como mensajeros, acaso entre los verdaderos protagonistas de sus libros: la narración y el lector. En estos ensayos, el que actúa como mensajero es el propio Handke, que le ofrece al lector el fruto de sus lecturas, de sus andanzas como espectador de cine y aficionado al arte. Así, el escritor comparte sus impresiones ocasionales no por eso menos imborrables de Franz Kafka, Thomas Bernhard, Ludwig Hohl, Hermann Lenz y Nicolas Born. Buena parte de ellos se convierten en sus aliados, en compañeros de ruta, como sucede con Patricia Highsmith, Marguerite Duras, John Berger, Yasushi Inoué o Emmanuel Boye.