Lecturas de juventud o Las verdes lecturas, es decir, lecturas para los que aún están verdes, de color verde edénico, como el del paraíso perdido de la infancia y la juventud, en trance de madurar. Clásicos, sí, pero también cuaderno de bitácora para la iniciación de jóvenes lectores, carta de navegación en la que velar las primeras armas de la imaginación y, por fin, brújula de destronados adultos letraheridos.