Cincuenta años después de la saludable irrupción de los múltiples movimientos de 1968, que entre 1966 y 1971 hicieron sentir su voz en diversidad de países, vale la pena preguntarse sobre sus ricas, complejas y variadas herencias lo mismo que sobre la vigencia de sus aportes y legados, pero también por sus cuestionamientos y demandas principales.