El modelo constitucional que contiene la carta suprema de Montecristi tiene como uno de sus pilares a los derechos y las garantías, aquellos porque idealmente se constituyen en el límite al poder y estas porque son el medio para asegurar su protección y defensa. La historia da cuenta de que juntos nacieron y transitaron en el desarrollo democrático, de tal manera que en los inicios fueron confundidos y nombrados indistintamente, hasta que logran la independencia conceptual que permite a cada uno el sitio de trascendencia que le corresponde: los derechos porque su existencia soluciona las carencias de las personas en determinado momento histórico y las garantías porque son los dispositivos que aseguran su justiciabilidad. De entre las garantías, las que tienen trascendencia para el análisis en este libro, son las jurisdiccionales, y de ellas, la acción extraordinaria de protección, porque fue creada para asegurar la efectividad de los derechos constitucionales que se lesionen en las sentencias o autos definitivos. La investigación del ejercicio/aplicación de la acción extraordinaria de protección genera resultados cuantitativos y cualitativos que conducen a la necesidad de reflexionar si es que en el ejercicio material de la garantía se cumple con la intencionalidad de los asambleístas de Montecristi. Ese es el objetivo de esta obra: determinar si la acción jurisdiccional, tal como es usada y aplicada, alcanza para recuperar la efectividad de los derechos que han sido violados en sentencias o autos definitivos.