Manolo Royo se paseó por la Puerta del Sol aquellos días en que los Indignados tomaron la calle, hartos ya de unos políticos que no sirven a la sociedad, sino a sí mismos, y escuchó las propuestas, los debates e incluso alguna insensatez. Descubrió que en la Puerta del Sol todas las chicas le parecían bellas y comprendió q ue había que meditar sobre ese fenómeno político y social. De esa meditación surgió su