El autor de este texto se ha dedicado durante años a una paciente labor investigadora sobre numerosas fuentes documentales de primera mano y a la consulta de una nutrida correspondencia, en muchos casos inédita, para proporcionar al lector abundantes datos personales y únicos de la vida del privilegiado espectador del siglo XX que fue Medina Echavarría. Desde un enfoque que mezcla vida, obra y contexto, se dibuja, en consecuencia, a un Medina Echavarría sociólogo, pero también a un intelectual humanista y reformista muy influido por el clima cultural de la Segunda República española. Precisamente la Guerra Civil marcaría un antes y un después en su trayectoria. Llegado a México como miembro de la diáspora republicana de 1939, se encargaría desde entonces y hasta el final de sus días a contribuir enérgicamente al avance y a la institucionalización de la sociología en América Latina, mostrando nuevas perspectivas y abriendo nuevos caminos. Algunos de sus aportes fundamentales estuvieron motivados y relacionados con la consecuencia del doloroso destierro. Sus dudas y tanteos, sus logros y fracasos, sus encuentros y desencuentros, sus desplazamientos y sus vaivenes más íntimos son enlazados minuciosamente en estas páginas con el desarrollo de un proyecto sociológico muy personal que fue creciendo y variando según los contextos académicos, históricos y políticos que encontró. Especialmente interesante es la imagen que se traza del Medina Echavarría exiliado, sobresaliendo su firmeza ética y su inquebrantable inclinación personal por la democracia, tema que incluyó en su teoría del desarrollo más madura. Pues, al fin y al cabo, la experiencia de vida fue el arma intelectual de este autor, indispensable para entender la sociología hispanoamericana contemporánea.