Después de la enorme repercusión mundial que tuvo El Profeta, Khalil Gibrán vuelve a asombrar con su hondura filosófica y su exquisito despliegue poético. Jesús, el hijo del hombre, no es un texto histórico ni un panegírico doctrinario. Alterna personajes bíblicos y otros creados por la imaginación del autor. La figura de Cristo "se va haciendo" ante los ojos del lector a través de setenta y siete personajes, según testimonios de quienes estuvieron a su lado, que lo muestran como un hombre que accede a lo Divino.