Estoy sentado en la cafetería del Centro Comercial, mirando la mano posada en el libro que acabo de comprar, Invitación a la melancolía, y no sé si voy a poder leer ya, quizá estas Navidades, mientras cae la nieve, al fuego del hogar cuando no hay hoguera, casi nadie enciende ya verdadero fuego, es todo virtual, estoy pensa ndo mientras los veo venir entre el tumulto, haciéndome señas, sonrientes. Lo he abie