Le queda poco tiempo de vida, está muriendo, es Domingo Fau stino Sarmiento. Está en Paraguay. La misma tierra que desp reció, donde en una guerra criminal murió su único hijo D ominguito. Le quedan pocas fuerzas, pero sin embargo la memo ria está intacta; la pasión y la enjundia de toda la vida también. Como un torrente los recuerdos fluyen. ¿Qué nomb res y que disputas se hacen presentes? Sus años no pasaron sin conflicto. Como escritor, como educador, como presidente , siempre como pionero, marcando el destino de una nación, debatiendo, atacando y siendo atacado. En el exilio y en su patria. Sus contrincantes lo hicieron grande: Juan Manuel de Rosas, Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre. Cada rival lo obligó a mejorar su retórica, a depurar sus argumentos. La política fue su campo de batalla, las ideas su arma má s preciada, la escritura, su santo y seña. En El inmortal, con precisión envidiable, con la fuerza exacta, Gustavo J.Nahmías hace hablar al último Sarmiento. El que ajusta cue ntas con la historia y con su pasado, el que añora a su hij o, el que amó, peleó, repudió y fue repudiado, el que pre tende en el futuro no ser indiferente para nadie. Ficción y realidad, literatura y poder, educación y guerra en una no vela memorable. á