Un ex dirigente del gremio de jubilados de ferrocarriles crea la Asociación de Poetas de la Cuenca del Maipo, cuya sede funciona en el bar Los Puchos Lacios del puerto de San Antonio. Decide entonces organizar un encuentro de camaradería con la Asociación de Poetas de la Cuenca del Maule; todos, además de poetas, buenos para el vino tinto, los causeos, la cerveza y los garabatos. Las rivalidades y suspicacias literarias que ambos grupos mantienen recíprocamente culminan con la muerte accidental de uno de ellos como consecuencia del delirio alcohólico más que poético de los participantes del encuentro. Un movimiento telúrico coloca el punto final a este paso de carnaval, cuyo conocimiento llega hasta nosotros a través del informe redactado por Leopoldo Tapia que el narrador reproduce después de encontrarlo en la Biblioteca Municipal de San Antonio.