La añoranza de aquellos días donde el mayor de nuestros problemas era quedarse sin canicas se ha trasladado auna realidad donde, para ser hombre, es necesario proveer recursos que procuren el sostén del tejido familiar. Hoy podemos disfrutar de este entretenido relato donde las aventuras de un pequeño y sus sueños capitalinos bien pudieran describir la realidad de muchas personas, hombres y mujeres que hoy se encargan de construir cimientos sólidos para crear la base de toda sociedad productiva. Te invito a recorrer estas páginas que traen consigo valiosos aprendizajes que seguramente te harán recordar viejas ilusiones y muchos de tus propósitos para colgarte de ellos como trascendental muestra de tus pasos por la vida. ¡Que lo disfrutes!