A medio camino entre la crítica cultural, la reflexión filosófica y la autobiografía, el poeta y ensayista Wayne Koestenbaum examina uno de los actos cotidianos más poderosos y significativos del mundo moderno. Tanto para el que la inflige como para quien la sufre o la presencia, la humillación representa el reverso del éxito social y uno de los momentos en los que nos enfrentamos a lo más vulnerable de nuestro ser. La historia, la literatura, la pintura, el pop, el cine y las vivencias personales dan ocasión a múltiples (e incómodas) remembranzas informadas por una convicción: la humillación propia y ajena es el rostro más conspicuo de la fragilidad humana. Las heridas de la humillación son siempre pinchazos íntimos.