Estos humildes haikus comenzaron a escribirse a finales de marzo del 2020, y terminaron de conformarse durante los primeros días de abril del mismo año, coincidiendo su escritura con los días de mayor confinamiento en España debido a la pandemia que todos estamos soportando. Su único fin ha sido el de crear algo de Literatura, valorando al máximo la naturalidad de lo cotidiano, así como el alma de la naturaleza y todo lo que ella puede ofrecernos si simplemente somos capaces de contemplarla, admirarla, respetarla y, en resumen, amarla hasta el punto de que llegue a inspirarnos por completo. La esencia de cada uno de estos haikus, por tanto, debería ser interpretada desde este prisma.