Una obra que se destaca por su carácter sencillo y el encanto y pureza de su ingenuo primitivismo, y transmite perfectamente la personalidad del Santo y su mensaje de amor por la naturaleza y todas sus criaturas. Las Florecillas, apreciadas no solo por los religiosos cristianos sino por los lingüistas y sobre todo por los puristas del siglo XIX, fueron valoradas también por los extranjeros.