A partir de 1989, el presidente Menem profundizó las políticas neoliberales que incluían entre otras medidas: la privatización de las empresas públicas y de los sectores estratégicos, la desestructuración de los ferrocarriles, la flexibilización laboral y la expulsión de trabajadores. Argentina se desarrolló y articuló territorialmente alrededor del ferrocarril. La supresión de trenes, clausura de ramales y depreciación del sistema ferroviario implementado entonces produjo un impacto devastador en el aspecto social y económico en la nación y las regiones. Los trabajadores ferroviarios fueron uno de los primeros sectores obreros en organizarse en el país e históricamente constituyeron un baluarte de lucha en procura de conquistas laborales o su defensa. Entre 1989 y 1992, los ferroviarios protagonizaron una de las luchas mas importantes de la historia en defensa de los derechos, la fuente de trabajo y el patrimonio nacional. Este movimiento, llevado adelante por las bases al margen de las direcciones sindicales burocráticas, tuvo como momento cumbre la huelga de 45 días de 1991. El movimiento resulta emblemático, ya que permite interpretar en profundidad la época y es un ejemplo de lucha y organización único que deja importantes enseñanzas a la sociedad. Esta obra investiga esa proeza de los trabajadores, con el aporte testimonial de uno de sus protagonistas, el autor, y se extiende a todo el proceso de privatización del sistema ferroviario, indagando sobre la corrupción, el saqueo, el abandono y sus consecuencias nefastas, abordando también propuestas de solución.