Frances Hill, conocida como Fanny, es una ingenua joven que ha crecido en un pueblo cerca de Liverpool, Inglaterra. Tras la muerte de sus padres se muda a Londres, convencida por referencias fiables de que allí encontrará mejores opciones y oportunidades para su vida. Con la suerte en contra, es abandonada en las calles de lo que parece ser una ciudad fría y despiadada, con tan solo unos chelines para sobrevivir y un equipaje que contiene sus mínimas pertenencias. Fanny es contratada como criada por la señora Brown, una mujer de la que cree es una dama rica, pero quien resulta ser una madame de burdel, y ahora deberá enfrentarse a la cruel realidad de haber caído en las garras de la depravación. Atrapada en los bajos fondos de la prostitución, Fanny debe aprender cómo transformar el cuerpo que otros ven con lascivia en la herramienta que la lleve hacia su libertad. Por medio de sus cartas, la joven describe sus encuentros sexuales y experiencias amorosas, que lograron finalmente convertir lo que fuese una inocente niña en una mujer a la fuerza. Condenas, juicios y censura. Una novela controversial, que ha evadido los deseos del prejuicio de acallar la expresión erótica. Fanny Hill es, sin duda, “culpable” de nada más que de retratar la realidad de una salvaje época, y de haberse convertido en pieza clave de la narrativa erótica.