La Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana ha sido, desde el día de su fundación, mucho más que un lugar de reunión de personas con un fin en común: ha sido una familia unida y diversa, y en muchos casos divergente, que ha querido dejar en sus alumnos la marca de la educación jesuíta, centrada en el crecimiento global del individuo, en el servicio a los demás, en la búsqueda, creación y trasmisíón de la excelencia del saber.