El ámbito espacial de Encantos y desencantos? es el de las siete colinas donde vivieron los sobrevivientes de aquellos gloriosos coroneles del general Urquiza, vencedores en la batalla de Caseros y privilegiados testigos de la contienda entre Rosas y el célebre caudillo entrerriano, que a pesar de las divergencias ideológicas cimentaron los orígenes de la patria federal.En esta novela reviste medular importancia la actitud de la autora, su postura de compromiso histórico ?como cronista de época? al decir en el final; ?Comprendí que sólo quedaba la leyenda transfigurada de aquellas vidas y de aquella época en las colinas?. Una forma narrativa inserta en un fondo ficcional es un claro ejemplo de ardua tarea amparada por el talento, y puede decirse que su dimensión épica radica en esa realidad representada ?que trasciende los límites impuestos por ella?.En definitiva es una novela testimonial en la que su autora concilia una escritura expresiva con una historia de cuya mezcla se desprende su contenido moral que la vincula con la novela latinoamericana no exenta de ese inocultable realismo mágico que delinea el encuadre americanista y regional saliendo de sus páginas a través de personajes que indistintamente pueden provenir de la historia como de la tradición oral arraigada en esa tierra de leyenda.Fragmentos del prólogo de Rubén Darío Gasparini