En el prólogo del presente ensayo de Pablo Ortúzar Madrid, Daniel Mansuy señala: «en la primera mitad del siglo, Tocqueville mostró cómo la Revolución Francesa fue, a pesar de las apariencias, continuadora de la tradición centralizadora de la monarquía nacional. Dicho de otro modo, la más simbólica de las rupturas modernas contiene un (grueso) hilo de continuidad con el pasado; y de más está decir que la experiencia comunista vino a confirmar el diagnóstico tocquevilliano. La lección que podemo