Mientras en América Latina nos arrancamos los cabellos los unos a los otros, países exóticos y lejanos con propósitos nefastos dan grandes pasos con sigilo y silencio y se alojan en las entrañas mismas de nuestra América Latina. A estos los acompañan amenazadoras alianzas transnacionales que incluyen países “hermanos”, organizaciones terroristas internacionales, carteles de narcotráfico y otros actores del submundo criminal global. Colombia -producto de su ingenuidad e irreflexión- se deja emplazar de manera incauta y cándida en medio de –probablemente– el mayor conflicto internacional del Siglo XXI. Se gesta así el “Plan Maestro”: una sombría maquinación internacional que se organiza desde hace algunos años con designios verdaderamente macabros e incluye la implantación del arma nuclear en territorio latinoamericano. La siniestra confabulación la conforman la República Islámica de Irán, Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua, las FARC y grupos extremistas islámicos como Hezbollah y Al Qaeda. Para nadie es difícil imaginar las consecuencias de una Venezuela Nuclear y unas FARC disponiendo de su absoluto respaldo.