Desde la perspectiva del amor se analizan problemas tan actuales como el retorno del pensamiento mágico en Occidente, la búsqueda de la felicidad por la razón, el budismo, las utopías científicas. A ello se añade un amplio estudio de las aportaciones que, sobre el amor, hace el cristianismo, y los problemas que esto plantea al pensar filosófico. Siguiendo este enfoque, llega a conclusiones como la de afirmar que «el infierno es el mal que amamos». La relación que se establece en el libro, entre filosofía y cristianismo, nos descubre la gran importancia que tiene la vuelta a la razón el Logos y a los valores que construyeron la civilización occidental. El autor pone un especial interés en que, a pesar de la dificultad que ofrecen los temas tratados, estén expuestos con claridad y, de esta manera, sirvan para la necesaria actualización del anuncio del mensaje cristiano. Todo ello viene inspirado por el intento de acercarse al mayor de los misterios, el amor.