Kolia Kogan es un judío no observante. Lleva años escribiendo un texto sobre la pornografía. Inevitablemente el tema se va confundiendo con sus experiencias de vida y con su condición de judío no observante y sí muy observador. Miembro de un grupo de estudios de sociedades herméticas, junto a su gran amigo Kaplan Kaplan, asisten a una reunión especial que tiene como invitada a una mujer de 80 años, Ingrid. De apariencia formal, abuela, madre judía, el delirante relato de la mujer traslada a Kolia y a Kaplan a paisajes físicos y mentales, que van desde Santiago de Chile hasta el Berlín ocupado de 1945, pasando por la Guerra Civil española, la Operación Barbarroja nazi sobre la Unión Soviética... y Chiloé. A lo largo de este inquietante viaje, la trama aparente deja ver un secreto que anida en las bodegas de la mente de Kolia y que lo vincula con Ingrid –los horrores de la dictadura y un cuerpo por hallar–, en un punto tan tortuoso como de perverso humor negro.