Este libro ofrece una fascinante clave para comprender algunos de los enigmas más persistentes de la física y la cosmología contemporáneas. En efecto, tomándose en serio la antigua doctrina según la cual —como sostuvieron entre otros Pitágoras o Johannes Kepler— el universo se sustenta en una serie de proporciones armónicas, el físico Stephon Alexander emplea las nociones de ritmo, armonía, cadencia, tonalidad e improvisación musical para acompañarnos en un viaje que comienza en los primeros instantes del cosmos y nos acerca a los confines de la expansión de la materia. Así, mientras la moderna teoría de cuerdas nos habla de un mundo de subpartículas en continua vibración, los astrónomos sospechan que el macrocosmos se expande y se contrae en ciclos que recuerdan estructuras musicales. Y más allá de la física, el autor se interna en los secretos del lenguaje musical jazzístico para revelar el modo en que grandes creadores de ese género, como John Coltrane, intuyeron e ilustraron en sus temas el misterioso vínculo entre la música y los ritmos del cosmos.