Tras el éxito de Lluvia fina, Landero retoma la memoria de su particular universo donde la dejó en El balcón en invierno, Y lo hace volviendo a trenzar los recuerdos del niño en Extremadura, del adolescente recién llegado a Madrid o del joven que empieza a trabajar, con historias vividas en los libros con la misma pasión que en el mundo real,