Algunos hechos clave del siglo XX –la revolución rusa, Vietnam, el mayo francés, la caída del muro de Berlín– aparecen en este libro puestos en una batidora enfebrecida y melancólica, un ubi sunt de la centuria que pasó, esa que recién estamos aprendiendo a llamar “el siglo pasado”. Se trata de un extenso poema, sí; y también una historia de gigantes, fantasmas, sombras, muertos vivos, la perra Laika, tártaros, mendigos, escorpiones y tigres de Bengala sospechosos (sospechosos de no ser de Bengala, y aun de no ser tigres). Teatro u ópera bufa, para actores, voces o marionetas, con ecos bizarros de Ubú, Shakespeare, Plauto, Góngora, Manrique, evocados por un hablar que cada tanto se torna extranjero o arcaico, sólo para que su acento argentino brille aún más, como una piedra recién sacada del mar o del sueño.