La historia de Colombia ha estado marcada por la guerra y la paz. Durante siglos la Nación ha estado signada por la destrucción, el terror y la desesperanza. Los cortos periodos de paz han sido oasis para sanar las heridas y recuperar alientos para seguir adelante. Después de 52 años de confrontación armada interna, Colombia nuevamente tiene frente a sí la posibilidad de hacer cierto un futuro de reconciliación. Los acuerdos de paz logrados en La Habana con las FARC marcan un punto de inflexión. Un antes y un después que deben contribuir a la construcción de una Colombia nueva, donde exista democracia, justicia y equidad. Los seis puntos del Acuerdo de Paz son una ruta para transformar a Colombia y sacar del pantano del olvido a millones de compatriotas que crecieron marcados por la cotidianidad del dolor, la exclusión y el olvido. Por desgracia, el escepticismo es el común denominador de una sociedad que pareciera negarse a entender la dimensión de lo que está en juego. Las encuestas muestran que la implementación de los acuerdos de la paz ocupa el décimo lugar entre las preocupaciones de los colombianos. Quizá porque consideran que es un tema superado, o porque realmente creen que no es transcendental. Para entender lo que significa el momento que vive Colombia es importante conocer el pasado. A eso contribuye el libro El derecho a la paz en Colombia, escrito bajo la dirección del prestigioso académico, jurista e investigador Iván Darío Gómez Lee, quien ocupa merecidamente un alto cargo de dirección en la Procuraduría General de la Nación. Se trata de una rigurosa investigación que explora las diversas dimensiones de la paz como un derecho de derechos.